Por Giancarlo Navarro, creador de No a Keiko (NAK).
Hola, Pedro Pablo Kuczynski. Quizá no me recuerdes. Te conocí en el año 2009 en Cajamarca. Tu equipo de campaña nos contactó a mí y a Patricia Zevallos. "PPK quiere conocer a los creadores de NAK". Hubo una cena, en la cual te contamos sobre nuestro proyecto y hablamos de otras cosas.
Sinceramente -y hablando en criollo-, esa noche me caíste de PTM. O sea, chévere. Vi a un capo que sabe rodearse de gente capa y hace cosas bacanes. Pero no te vi como presidente. De hecho, no te vi ni como político. Seguramente eso ocurre porque no eres un político. Eres un peruano inteligente que tiene experiencia y olfato para la política. Por todo lo conversado esa noche, me quedé con la sensación de que tú también estarías dispuesto a impedir el retorno de la mafia fujimontesinista. Al menos -pensé- este señor no se va a juntar con Keiko.
Esa percepción me duró hasta marzo de 2011, recta final de la campaña de primera vuelta en Perú. Tras varias tocadas de huevos (testículos), cuyes gigantes, pulseras, decenas de páginas en Facebook y otros exabruptos tuyos en la televisión; me convencí de que no podría votar por ti. Luego llegó la primera semana de abril y alguien del APRA dijo que el partido de la estrella votaría por ti. Ese día pensé "Fuck, todo encaja". Ese día tuve la sensación de que tu propósito no era ganar la primera vuelta, sino más bien boicotearla. PPK no es un político. Es un virus. Pero callé, porque muchos de tus seguidores eran (y son) amigos míos, y no quería (ni quiero) contribuir a exacerbar los ánimos, que ya estaban bastante caldeados. Pero sí te la juré.
Hoy, a cinco días de la segunda vuelta electoral, y tras varias apariciones tuyas en las cuales manifiestas abiertamente tu preferencia por Keiko Fujimori, solo me queda decirte: lo siento, PPK. I'm sorry (en inglés). Gomen nasai (en japonés).
No concibo cómo alguien que trabajó con presidentes como Belaúnde y Toledo ahora proponga votar por una agrupación que destruyó la democracia peruana y sus instituciones. Me entristece que alguien que sabe muy bien lo que es una dictadura militar y un régimen autócrata promueva el votar por una banda de criminales que, sin haber ganado las elecciones, ya está tomando control de los medios masivos de comunicación, la prensa y los periodistas; así como de una red de inversionistas y empresarios de la gran economía que solo están pensando en sus números a la hora de votar.
No se vota solo con la calculadora. Se vota también con los ideales, con los valores. Se vota con el corazón.
Hace cinco años, en 2006, la mitad del Perú votó por Ollanta Humala. Su candidatura representaba una amenaza para el país, pero al mismo tiempo nos dejaba un mensaje claro: el 50% de los peruanos quiere un cambio. Es cierto que a la fecha, Ollanta aún no despeja todas nuestras dudas. Pero sus muestras de cambio y sus esfuerzos por concertar, así como el respaldo que ha recibido de jóvenes, universitarios, artistas, intelectuales y técnicos destacados son razones que me motivan a elegirlo.
La razón más importante, sin embargo, es que hoy, cinco años después de aquella "segunda vuelta del mal" entre Alan y Ollanta, el Perú sigue dividido. Las mismas poblaciones que votaron por Ollanta hoy lo respaldan con aún más energía. Eso quiere decir que la gente nos está repitiendo el mismo mensaje. Como para brutos. Como para que lo entiendas de una vez por todas.
Keiko no representa el cambio. Su propuesta y su equipo son más de lo mismo. En cambio, Ollanta y su partido son el símbolo de una nueva etapa en nuestra historia. Así que votaré por ellos. Es decir, por todos los peruanos y peruanas de la sierra, la selva, el sur y el centro de nuestro país.
Exhorto a mis amigos limeños, costeños y norteños a que hagan lo mismo. No le hagan caso a PPK. Él ha tomado una decisión política sin tomar en cuenta el sentimiento y la expectativa de las personas más pobres y necesitadas de nuestro país. Nosotros, que vivimos con muchas más comodidades y oportunidades que el resto, debemos pensar en ellos al menos una vez. No lo hicimos hace cinco años. No lo hicimos el 10 de abril. Hagámoslo este 5 de junio. Chau PPK. Chau Keiko. Hola Ollanta. Hola Perú.
martes, 31 de mayo de 2011
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