Por Giancarlo Navarro, creador del colectivo No a Keiko (NAK).
Queridos hombres y mujeres que forman parte de NAK:
Hace dos años iniciamos esta aventura que ha congregado a casi 200 mil personas en Internet, a través de medios sociales como Facebook, Twitter y Youtube. NAK fue creado en mayo de 2009 porque por esa época ya tenía la sensación de que, al ritmo que sucedían las cosas, Keiko Fujimori tendría todo a su favor para ganar la elección presidencial en Perú.
Hoy estamos una semana de la segunda vuelta electoral peruana más complicada de la que tengo recuerdo.
El país está fragmentado. Por un lado, estamos quienes creemos que Ollanta es la mejor opción o, en todo caso, el mal menor. Por otro, están quienes consideran que Keiko representa la única salida a esta encrucijada política. Hay un tercer grupo que está convencido de que ninguna de las dos candidaturas merece su voto y han decidido votar en blanco, nulo o simplemente ausentarse. Finalmente, existe un cuarto grupo de personas que aún no sabe qué va a hacer este 5 de junio de 2011 (#5J es la etiqueta tuitera con la que nos referiremos a esta fecha y su significado).
Los analistas opinan que Keiko y Ollanta representan un alto riesgo para la gobernabilidad, la democracia y el desarrollo del Perú. Varios periodistas que durante los últimos dos años han observado y criticado al fujimontesinismo, hoy muestran una mirada escéptica hacia ambos candidatos.
Creo que estas percepciones son válidas y pertinentes. Ollanta nunca fue mi primera opción. El 10 de abril pasado mi estómago se revolvió cuando aparecieron los primeros resultados. El sida y el cáncer. ¿Era posible una elección aún más difícil que Alan VS. Ollanta (2006)? Sí.
Este #5J los peruanos debemos tomar una decisión difícil y estresante. Si se fijan, no hay alegría en esta campaña de segunda vuelta. Hay bilis, mentiras, guerra sucia y mucha desconfianza.
Ollanta Humala no es santo de mi devoción. Tampoco es mi héroe. Desde su primera aparición mediática (Locumba, 2001) su personaje solo me generó dudas y desconfianza. Hacia el año 2006 la cosa no mejoraba, sino todo lo contrario. Y este año, durante la campaña de primera vuelta, fui uno más de los peruanos que pensábamos que Gana Perú no ganaría la primera vuelta.
Por otro lado, Keiko en segunda vuelta fue un escenario que siempre estuvo en mis cálculos y los de mis compañeros del equipo. El proyecto NAK fue creado pensando precisamente en este momento: una elección difícil, con medios masivos manipulados, encuestadoras manipuladas, poblaciones manipuladas y grupos de poder jugándose prácticamente la vida por una candidata.
La primera vuelta nos enseñó que el Perú no está contento. La población está buscando un cambio. El problema es que ahora tenemos que elegir entre dos alternativas que representan un riesgo, cuando no una amenaza.
Situaciones excepcionales exigen decisiones excepcionales. Las elecciones presidenciales suelen colocarnos en esa posición.
Recuerdo que en el año 2001 voté por Toledo para impedir el retorno de Alan.
En 2006 no voté porque no creí en ninguna de las dos opciones. Pero entiendo que el Perú votó por Alan para evitar a Ollanta.
Esta vez no pienso votar blanco o nulo. Tampoco pienso ausentarme. Esta elección es aún más complicada que la de hace cinco años. Hay mucho en juego y no puedo darme el lujo de no intervenir.
Estoy convencido de que la mejor opción que tenemos los peruanos es votar por Ollanta. No solo porque considero que un triunfo de Fuerza 2011 es demasiado premio para Fujimori y sus secuaces, sino porque al comparar ambas propuestas, con los riesgos que éstas representan, veo muchas más oportunidades en un gobierno de Gana Perú.
No será un camino fácil. Es probable es que la administración de Ollanta sea similar a la de Toledo (2001-2006) o Alan (2006-2011). Esto podría elevar aún más el descontento de la gente. Es posible que en el año 2016 tengamos a una población igual o más deseosa de dar un giro al timón. Pero apuesto por Ollanta no solo por los gestos de cambio que ha ofrecido en esta campaña, sino también por el respaldo de técnicos, intelectuales, artistas, universitarios y poblaciones de distintas regiones del país que siempre han sido marginadas o postergadas por los gobiernos de turno.
Mi voto es el de alguien que ve quiénes apoyan a Ollanta y quiénes a Fujimori. Por eso, este #5J marcaré la "O".
Si, como dicen, realmente estamos al borde del abismo, no puedo decir "me abstengo". No puedo no elegir. Llámalo instinto de supervivencia. Yo lo llamo esperanza. Es una esperanza instintiva, que sale del corazón. Es intuición. Cuando eso ocurre, no solo vives con tu decisión sino que la promueves y la defiendes.
Me comprometo a defender mi voto por Ollanta. Seré un celoso guardián de su administración y desde ya anuncio que luego del #5J comenzará una nueva etapa para NAK. Por ahora lo llamo voto vigilante, pero estoy seguro que con su apoyo y participación no solo encontraremos el mejor nombre para este nuevo proyecto, sino que además podremos definir el alcance de nuestra participación en este nuevo episodio de la historia política del Perú.
Sueño con un país políticamente maduro. Con autoridades y funcionarios con verdadera vocación de servicio. Con partidos de bases sólidas y representación real de las expectativas y visiones de sus militantes. Con medios de comunicación independientes y fuertes. Con una democracia participativa y justa, donde cada uno de los peruanos no solo sea escuchado sino que además sea valorado y respetado como ser humano que es. Con justicia social, que no solo se aplique al aspecto legal sino que sobre todo permita que las personas gocen de salud, educación y acceso al desarrollo económico.
Nos falta aún mucho camino por recorrer. Los dos años de NAK no son para nada suficientes. Cinco años de gobierno tampoco. El futuro político del Perú se forjará tras décadas de gobernabilidad y concertación entre todos los peruanos, incluidos nuestros rivales fujimoristas y apristas.
En ese sentido, confío que un gobierno de Ollanta de Humala nos ayude a vencer el miedo al cambio y siente las bases para una política más justa y sostenible en beneficio del país y todos los peruanos.
Un afectuoso abrazo desde Cajamarca, cuna de NAK.
Giancarlo Navarro
domingo, 29 de mayo de 2011
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